A 70 ascienden los torrentes que en Mallorca han sido catalogados por Josep Barceló y Miquel Trias, con los que ha colaborado Xavier Manzano, excursionistas hasta la médula, que acaban de descubrir que en la Serra de Tramuntana hay todavía espacios desconocidos. La prueba de que así es radica en que han descubierto 15 nuevos torrentes, algunos de apenas unos pocos metros, que han recorrido concienzudamente para incluirlos en la segunda edición de la ‘Guia torrentera de Mallorca’, que acaba de salir al mercado editorial en su segunda edición. Josep Barceló precisa que el 90 por ciento de los torrentes incluidos en la guía serpentean por la Serra de Tramuntana. La segunda edición ha completado y actualizado el número de torrentes mallorquines. Destaca Barceló que hasta la isla viajan excursionistas de medio mundo para inspeccionar los torrentes que, además de sus características, proporcionan magníficos itinerarios para realizar atrevidas excursiones siguiendo sus complicados cauces.
El torrente del Gorg Blau-sa Fosca está considerado el más espectacular de Mallorca y el segundo con mayor dificultad para recorrer sus 2 kilómetros 200 metros con paredes de hasta 300 metros
Barceló afirma que seguir el lecho de algunos de los torrentes que aparecen en la guía requiere de un buen entrenamiento y estar en las condiciones físicas adecuadas dada su considerable dificultad. En la guía aparece el ranking de los mejores torrentes de Mallorca destacando por encima de todos el de sa Fosca, al que se bajó por primera vez en 1965. Dice que “se trata de torrentes muy conocidos”, añadiendo que “los mallorquines fuimos pioneros en practicar ese deporte, lo que hace que en la actualidad existe mucha afición, que haya una auténtica eclosión del deporte de montaña”. Refiriéndose al torrente de sa Fosca precisa que es el segundo en Mallorca con mayor nivel de dificultad. “Es un torrente complejo, que requiere tener las condiciones técnicas adecuadas para poder recorrer sus dos kilómetros y 200 metros de longitud. El de mayor longitud es el del Gorg des Diners, que alcanza los cuatro kilómetros. El más corto es el de Mortix, que suma 500 metros. Todos discurren por la Serra de Tramuntana.
Cauces limpios
Barceló asegura que los cauces de los torrentes que nacen en la Serra están limpios, sin apenas basura o sedimentos, lo que sucede, explica, es que al llegar a zonas llanas, al haber arrastrado sedimentos por las lluvias torrenciales, se ensucian, a lo que hay que añadir que en las partes llanas desgraciadamente muchas veces son utilizados para echar desperdicios. Sucede que la irregularidad en las precipitaciones hace difícil determinar las épocas concretas en las que es más adecuado bajar a los lechos de los torrentes. Normalmente la temporada de lluvias se inicia en otoño, hacia el mes de octubre, aunque, en ocasiones, en las últimas semanas del verano, hacia final de agosto y a lo largo de septiembre, también hay precipitaciones importantes, que convierten en impracticables los torrentes, especialmente los que disponen de la cuencia de recepción más amplia, caso del Gorg Blau o l´Ofre. El invierno es parco en lluvias, pero las bajas temperaturas hace que el nivel del agua se mantenga estable; en los días más fríos su temperatura puede descender hasta los 6 grados centígrados. En los meses de verano y otoño la temperatura es agradable, oscilando entre los 10 y los 14 grados. En los meses de más calor, julio y agosto, la mayoría de torrentes se secan, quedando únicamente un reguero de agua confinada en los torrentes de mayor profundidad: Gorg Blau, Mortitx, na Mora inferior, Binifaldó, Comafreda… y en algunos gorgs (balsas) solitarios en torrentes como el Gorg des Diners, Ferrerets y Cocons de sa Bova. El caso más llamativo, según Barceló, es el del torrente del Rajolí, que recibe una pequeña pero constante aportación de agua que lo mantiene activo a lo largo de todo el año.
La exploración de los torrentes de la Serra de Tramuntana empezó en la década de los 60 del pasado siglo iniciándose por los de mayor dificultad. El torrente del Gorg Blau fue explorado en 1964 y el del Gorg des Diners fue superado en 1975. El torrente del Gorg Blau y sa Fosca es, sin duda, la joya de la corona de sistema fluvial de Mallorca, al menos es el que tiene mayor predicamento entre los deportistas de montaña entrenados para bajar a los cauces. Barceló lo considera “el paradigma” con el que comparar a los demás torrentes mallorquines. Además, se le por uno de los mejores de Europa, y de ahí que sean numerosos los deportistas del continente y de otras partes del mundo que viajan a Mallorca para recorrerlo. “Difícilmente puede describirse con palabras -enfatiza Barceló- lo que supone recorrer sus más de dos kilómetros de longitud, un magnífico regalo de la naturaleza”, y añade que hacerlo supone un verdadero ejercicio de “fortaleza mental y física”.
Los torrentes son visitados por deportistas de montaña de medio mundo dada la variedad y extrema dificultad de los estrechos cauces que discurren por la Serra
El recorrido es el más técnico, largo y entretenido de toda la Serra de Tramuntana iniciándose en las proximidades del acueducto de Escorca. Su primer tercio, de poco menos de un kilómetro, no tiene nada de especial; la parte esencialmente deportiva empieza en el lugar conocido como salt des Pas, donde el torrente empieza a adquirir profundidad y progresivamente las paredes que lo flanquean adquieren dimensiones colosales hasta alcanzar nada menos que los 300 metros de altura. También resulta extraordinaria la estrechez del cauce, que en determinados tramos no supera los 35 centímetros. Su complejidad, pues hay que superar hasta 40 saltos, pasos muy complicados, alguno sumergido, le confieren sus especiales características haciendo que sea conocido por los especialistas de medio mundo. Es un torrente magnífico, de los que crean afición como pocos.
A partir de sa Fosca el torrente prácticamente se oscurece por completo, por lo que de sus paredes desaparece cualquier rastro de vegetación. El “tramo estelar” del torrente es el inmediatamente anterior al pas dels Caçadors, al salir a sa Fosca. Barceló afirma que resulta “mágico” apagar las linternas atravesando a oscuras el último gorg, donde un tenue hilo de luz anuncia la salida.
Otro torrente de la Serra considerado “espectacular” es el de s’Esmocador, situado entre las divisorias de tramuntana del puig Roig y el puig Caragoler de Femenia. El lecho del torrerente discurre desde el coll des Ases hasta el mar. Se trata de un cauce largo y físico, que comporta cierta logística para proceder a su descenso integral.
El animal más característico de la fauna de los torrentes de la Serra de Tramuntana es el ferreret, anfibio endémico de Mallorca, que ha evolucionado aislado de las poblaciones continentales en condiciones de insularidad y sin depredadores. Hasta hace pocas décadas nada se sabía de él, ni tan siquiera su existencia. Era un desconocido para la ciencia, pero no para la gente que habitaba cerca de sus poblaciones, lo que se constata por la existencia de algunos toponimios con su nombre.
El ferreret, a lo largo de su evolución, y dada la ausencia de depredadores, ha perdido todos sus mecanismos de defensa, por lo que se reproduce muy poco; de adultos carecen de la capacidad de escapar rápidamente ante una situación de peligro y no se sabe ocultar adecuadamente, lo que ha hecho que la fauna introducida por los seres humanos haya extinguido sus poblaciones, salvo lugares concretos de la Serra de Tramuntana de difícil acceso, como son los torrentes. El principal enemigo del ferreret es la serpiente de agua.
Barceló comenta que una de las peculiaridades más llamativas de los torrentes de Tramuntana lo constituyen los gorgs, “mundos llenos de vida”. Dice que si se visita un torrente que conserva agua durante el verano, se puede contemplar todo un ecosistema, puesto que constituyen el perfecto refugio de especies acuáticas donde las comunidades vegetales y animales se desarrollan a gran velocidad. El tiempo del que disponen es limitado. Algunos gorgs son temporales, y tanto estos como los estables están permanentemente sometidos a la amenaza de la torrentada, que se llevará río abajo todo lo que encuentre a su paso.
Esas condiciones hacen que la vegetación acuática no sea muy variada. Algas filamentosas constituyen la especie vegetal más común. Además de los ferrerets, en los gorgs también se hallan ranas comunes y diferentes especies de invertebrados acuáticos. Es todo un mundo el que se puede descubrir en esos espacios tan peculiares.